Bueno, pues en lo que divago pensando en algo sobre lo que escribir y retomar el blog, os dejo con la historia del personaje que estoy llevando en dicha partida. Advierto desde ya que la historia es un poco fuerte, tampoco en exceso. Os presento a Natasha, una zorra peligrosa...

No siempre fue así. Hace años yo no estaba
advertida de este mundo. Mi padre no permitía que mi madre mi hermano o yo
misma tuviésemos relación con el mundo. Teníamos lo más parecido a una granja,
con esos animalejos mutados y esas verduras pochas que malamente daban para
alimentarnos. Pero mi padre era realmente bueno arreglando cosas. Varias veces
al mes se iba y venía con lo necesario para vivir y algunos trastos mecánicos
para arreglar. Sobre todo armas. Traía también prendas viejas, que enmendábamos
yo y mi madre. Nunca nos llevó a mi o a mi madre. Y tampoco a mi hermano, hasta
aquel día.
Mi hermano era menor que yo, pero al ser
hombre era el que tendría que mantenernos cuando mi padre se fuese. Al menos
eso creía mi padre. Así que sin previo aviso, nos despertó antes del amanecer,
y le dijo: “Vistete, hoy vendrás conmigo.” Mi hermano era digno hijo de su
padre, sin mostrar alegría, tristeza, ni si quiera sorpresa, se vistió y lo
acompañó. Aquel día fue raro, mi madre estaba preocupada, y yo sentía algo
raro, un cumulo de sentimientos enfrentados, rabia, miedo, desesperación.
Quería salir de allí, NECESITABA salir de allí. Pero no tenía valor para
hacerlo, así que ese día ayudé a mi madre y sencillamente esperamos. Tardaban
solo 2 o 3 días en volver, pero esta vez, fueron demasiados.
Al caer la noche, cuando estábamos medias
dormidas enmendando algunas prendas tocaron la puerta. Al principio solo nos
mostramos sorprendidas, hasta que nos dimos cuenta que era menos que improbable
que se tratase de mi padre. Entonces el miedo nos invadió. Mi madre corrió
hasta la puerta, en busca de una escopeta que teníamos allí. Tarde. La puerta
se abrió de un golpe y varios hombres entraron, apuntándonos con armas. Mi
madre le arrojó todos los objetos que estaban a su alcance, abofeteó y pateo a
sus agresores, hasta que la redujeron a la fuerza. Yo me quedé allí paralizada,
sin poder hacer nada. Temblando y llorando.
Aquellos bestias casi no me habían visto
cuando empezaron a violar a mi madre y registrar la casa. Dos de ellos se
acercaron, más tarde sabría que eran Sapo y Doble-T. Vi como se relamían, como
una hiena que encuentra un animal herido y moribundo. Quería correr, quería
defenderme. Tan solo vi como se acercaron. Tenía solo 13 años, no tenía nada de
“Zorra peligrosa” en aquella época. Uno de ellos me acarició el pelo, y me dijo
lo guapa que era. El otro rio mientras decía que tenía buenos pechos, y me los
manoseaba salvajemente. A penas fui capaz de balbucear por favor, lo que solo
sirvió para que se rieran aún más. Entonces entró él. Ya tenía la camisa a
medio quitar, y uno de ellos me pasaba la lengua por la cara cuando él gritó: “Dejadla”
Al principio pensé que me estaba salvando, hasta que escuché: “Esa es mía.”
Enseguida entendí que debía ser el jefe de
aquella banda, ya que los dos hombres se apartaron. Mi madre había dejado de
gritar, aunque seguían violándola salvajemente mientras otros registraban la
casa. Destrozando nuestro hogar. Bullett, el jefe, se acercó. Me acarició la
cara mientras decía lo guapa que era, sus palabras eran amables y cariñosas.
Pensé que iba a ser conmigo lo mismo que le hacían a mi madre. Ni si quiera me
tocó por debajo del cuello, al menos aquel día. Sapo me gritó: “Mira lo que te
pierdes pequeña, un manjar como este no se ve todos los días.” Tenía su pene en
la boca de mi madre, y casi no la dejaba respirar. Mi madre debió mordersela
porque gritó y tras sacar su miembro la golpeó hasta dejarla inconsciente.
Lástima que estaba demasiado débil como para arrancársela. Uno de ellos
comunicó que habían terminado de registrar la casa. Él le respondió: “Pues
larguémonos de aquí.” Menuda zorra peligrosa estaba hecha en aquellos momentos…
creí que se marcharían sin más. De hecho lo hicieron, pero llevándome con
ellos. Lo último que vi de mi casa fue a mi madre, seminconsciente, con la cara
llena de sangre y moretones, completamente desnuda sobre sus ropas desgarradas,
su entrepierna manchada de sangre y una sustancia blanca. Uno de ellos, Marvel,
marcaba con un cuchillo su sello en el estómago de mi madre. Una maldita polla
saltando a la comba. Puto enfermo.
El siguiente año de mi vida lo pase con esos
hijos de puta. Era la “chica” de Bullet. Me alimentaba y me cuidaba. Se aseguró
de que nadie más me tocaba. Pero por la noche me violaba hasta cansarse y
quedar rendido. Aunque nunca opuse demasiada resistencia llegó un momento que
ni me importaba. Solo esperaba su muerte, o, lo que era más probable, la mía. A
pesar de todo, Bullet nunca me golpeó, ni me hizo más daño que el que
provocaban las primeras penetraciones. Incluso de disculpaba a su manera. Nunca
pedía perdón, pero hablaba de lo cruel que era el mundo, lo que había sufrido y
un montón de excusas que se ponía a si mismo. Yo sabía que era la forma de
decir: “Lo siento, en realidad no quiero hacerlo, pero es lo que hay.”
La banda estaba formada por 10. A la mayoría
no los conocí demasiado, cocinaba para ellos, les enmendaba la ropa y poco más.
Bullet se aseguraba de que ninguno tuviese intención de dañarme, sobre todo
cuando quedé embarazada. Eso lo cambió. Tanto que incluso llegó a hablarme de
lo genial que sería tener una vida más normal. Supongo que esto fue visto como
debilidad en los demás, porque el mismo día en que di a luz, Doble-T y sapo
intentaron matar a Bullet y hacerse con la banda. Aquel día estábamos en una
casa abandonada, y yo estuve todo el tiempo en la habitación. Escuché todo el
barullo desde lejos, absorta en el dolor del parto. Cuando el ruido cesó, el
silencio me asustó. No sabía que había pasado, hasta que vi a Doble-T abriendo
la puerta. Estaba malherido, y se relamía mirándome. “Puta, no sabes cuanto
tiempo llevo esperando esto.” Balbuceé mi bebe, mientras observaba atónita como
se quitaba los pantalones. Mi bebé estaba naciendo. “Si tu coño está ocupado,
tu culo me servirá.” Y vino hacia mi. Llore. Se puso sobre mí, y no se como
acerté a darle una patada en los huevos. “Puta.” Me insultó una y otra vez, y
también me golpeó. Incluso me dio en la barriga el puto capullo. Hasta que
calló inerte sobre mí tras un estruendo. Lo único que recuerdo es a Bullet
acercándose, con su revolver humeando. Se arrastró hacia mi, malherido, y me
besó en la frente diciendo: “Lo siento”. Sentí como mi bebe se abria camino
hacia el mundo, y entonces morí. Si, morí. Se que estoy viva y hablando ahora
mismo, pero también estoy segura de que durante varios minutos estuve muerta.
Me invadió una paz absoluta. Una paz a la que abracé con alegría. No quería
vivir. Al menos hasta que lo escuché. El llanto de mi bebe. Cuando abrí el ojo,
Bullet estaba en el marco de la puerta, con nuestro hijo en sus brazos. Sin
mirarme me pidió perdón otra vez, dándome por muerta y se marchó. Yo estaba
demasiado débil para hablar, moverme o hacer nada. Y me dormí.
Pasé tres años en aquella casa. No solo
estaba demasiado débil, era estúpida y no sabia por donde empezar a buscar.
Quemé todos los cuerpos, al menos los que encontré. Faltaba el cuerpo de sapo y
el de marvel. Putos cabrones, eran los más depravados, debieron olerse lo que
pasaría y huyeron. Dejaron casi todo atrás. Las armas, víveres, hasta los
estúpidos comics de Marvel. Marvel había sacado su nombre de su afición. Había
encontrado una caja llena de comics, envueltos en un plástico que los conservó
bastante bien. Durante años coleccionó esos comics. Nunca supe por que diablos
no volvió a por ellos, tendría demasiado miedo. Mientras me repuse, me puse a
leer los comics. Para mi sorpresa los personajes de esas hojas eran buenos,
eran héroes que salvaban gente. Era ilógico. Nunca mataban a nadie, ni hacían
nada por si mismo, hasta que leí sobre ella. Era fría, letal, eficiente y
conseguía lo que quería. Me puse su nombre. Romanov era su apellido.
En esos tres años entrené, gaste miles de
balas mejorando mi puntería, y practique con armas cuerpo a cuerpo. La cadena
siempre fue mi favorita. Cacé y aprendí a sobrevivir por mi misma.
Cuando salí de aquella casa, tenía varios
objetivos. No sabía donde coño estaba nada, pero encontraría a mi bebé,
cortaría el pene de sapo y se lo metería en su boca mientras sigue vivo, dejaré
un bonito dibujo en la piel de Marvel, encontraría la pequeña casa de mis padres,
y mataría a Bullet. Porque a pesar de todo lo que me hizo, una parte de mí lo
ama, y debo extirpar esa parte para seguir viviendo.
“Así que esta es mi historia, puto cabrón
enfermizo.” El viejo casi no puede respirar del miedo. Me dio cobijo y se hizo
pasar por buena persona, para luego intentar violarme cuando me cogiese
desprevenida. Cerdo, lo calé nada más verlo. “¿Así que soy una zorra peligrosa?
Siempre es mejor que ser un viejo… castrado…” “Ahhhhhhhhhhhhhh (grito de horror de un viejo cuando le cortan
la polla y los huevos)”
Qué sería de mi partida sin mi Zorra Peligrosa xdd. Este finde, pongo el AP 2, si no hay nada raro...
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