Corría el año 2001, y repetía 1º de Bachillerato en mi peor época de estudiante, con unos 16 -17 años. Hacía un año, aproximadamente, me había consagrado como rolero, pues aunque lo conocía con anterioridad, no tuve un grupo con el que jugar a menudo hasta los 15 años, más o menos. Y el vicio me pegó bien fuerte. Tenía una vida social repleta de cosas habituales de la pubertad y los institutos. Esto se traducía en insuficiente tiempo para las partidas que mi ansia necesitaba, así que muchas veces, tenía la OBLIGACIÓN de usurpar horas de estudio, para entrar en aulas vacías y jugar partidas de Vampiro, Aquelarre, Stormbringer y todo juego de rol que se nos pusiera por delante. Los profesores nos veían con asiduidad con aquellos manuales con una cabra roja sobre fondo negro, aquellas conversaciones sobre demonios e invocaciones, aquellos pentagramas de invocación, aquellos libros sobre vampiros y edades oscuras... Alguno nos pregunto abiertamente sobre el tema, alguno incluso conocía de que trataban, UNA, en particular, decidió que era necesario hablar con nuestros padres.
Entregué la carta a mi madre sin darle mucha importancia. Que si no presta atención, que si habla en clase, que si hace argollas... (la realidad es que soy un crack en matemáticas, siempre se me han dado bien, y solía aprobar, supongo que es lo que más le jodía). Cual fue mi sorpresa cuando mi madre me sienta en la cocina, y me pregunta si yo era LÍDER DE UNA SECTA.
Pues así me había descrito mi profesora de matemáticas, lo cual se tradujo en un leve susto de mi madre, pues ya conocía mi afición, y en una coña que aún hoy perdura. Otros compañeros tuvieron peor fortuna, y eso que solo formaban parte de la secta, y no la lideraban.
Nunca supe porque me definían como el líder, quizás por ser el más extrovertido. Lo cierto es que ejercí poco de director en aquella época...
Como moraleja, sacamos varias, yo me quedo con: De ignorantes está el mundo lleno, y ni el mundo docente se salva de ellos.
¡Un saludo!
Como mola tu secta!!!!
ResponderEliminarHay plazas disponibles!!! Sólo tienes que firmar un contrato en el que me cedes tus pertenencias roleras . aceptamos donativos
ResponderEliminarMenudo mal rollo tuvieron que dar las situaciones en su momento. Al menos, ahora quedan como anécdotas y no como ruptura de una afición casi obligada =)
ResponderEliminarNo creas Sergio, más bien nos reimos lo nuestro. Por suerte mi madre ya había "jugado" al rol en una partida improvisada que le hice. Nunca lo vieron como algo malo, aunque no esperaban que me durase tanto... jeje
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